Todo un regalo de Navidad y un honor que mi libro "La última sonrisa del dinosaurio" comparta anaqueles en la Microbiblioteca de Barberá del Vallés, el fondo más grande de libros de microrrelatos en lengua castellana y catalana.
P.D. Se puede solicitar en préstamo .
Fitxa bibliogràfica
Signatura N Oli
Classificació 834.4"20"
Autor Olivera Campos, Héctor Daniel
Títol La Última sonrisa del dinosaurio : 101 relatos de humor / Héctor Daniel Olivera Campos
Publicació [Badia del Vallès] : Héctor Daniel Olivera Campos, [2023]
Descripció física 219 pàgines : il·lustracions ; 23 cm
ISBN / ISSN 9788409521111
Matèria Contes d'humor
Cuaderno de campo
El
extranjero pálido vino a nuestra aldea y solicitó a nuestro jefe pasar
un tiempo con nosotros. Obviamente nos sentimos halagados, nadie venía a
vernos nunca, así que decidimos ofrecerle nuestra hospitalidad.
Nos
sorprendió que conociera los rudimentos de algún idioma parecido al
nuestro, así como la curiosidad insaciable que mostraba hasta por los
detalles más triviales de nuestra existencia. Se pasaba el día
preguntando y haciendo dibujos y marcas extrañas en unas hojas blancas
cosidas entre sí.
Nos
siguió en nuestras partidas de caza, pesca y recolección de frutos.
También se fijaba en cómo cocinábamos los alimentos y en la manera que
teníamos de comerlos. nos observaba con seriedad y sin dejar de pintar
sus figuras extrañas. A pesar de su carácter circunspecto, se emocionó
cuando le mostramos nuestros bailes y el rito del paso a la edad adulta
de los niños que consistía en que introducíamos los varones en unas
jaulas que situábamos en un claro de la jungla y esperábamos a que
sobrevivieran a los acechantes dragones de Komodo.
llegó
un momento en que el extranjero comenzó a parecernos un entrometido.
Fastidiaba que uno se fuera a un rincón a aliviarse el vientre y notaras
el cosquilleo en la nuca de una mirada y descubrieras al tipo,
emboscado en el follaje de la jungla, emborronando sus malditos
garabatos.
Cuando nos imploró que le dejásemos integrarse más en nuestra cultura, no lo dudamos: aquella noche nos sirvió de cena.
Héctor Daniel Olivera Campos