lunes, 6 de noviembre de 2023

ENTREVISTA QUE ME HA REALIZADO JORGE ALONSO CURIEL PARA SU BLOG "TRAMO SEÑALIZADO"

 

TRAMO SEÑALIZADO. Entrevista al escritor Héctor Daniel Olivera Campos: La Vocación ineludible



 



       
Héctor Daniel Olivera Campos

"Recibir un reconocimiento de un jurado supone un espaldarazo que anima a insistir"




                                  Por Jorge Alonso Curiel 


No es ninguna casualidad que el escritor Héctor Daniel Olivera Campos (Barcelona, 1965), con su microrrelato titulado Botellón, haya conseguido el segundo puesto en el II Certamen Internacional de Microrrelato 'Jorge Alonso Curiel' 2023. Nos encontramos ante un autor de auténtica vocación literaria, que ama la literatura y este camino de ser escritor tan hermoso como difícil, y que además posee la constancia y la autoexigencia necesarias para mejorar y crecer como persona y como autor. Es un placer charlar con Héctor, y en sus respuestas aprendemos muchos asuntos: la literatura y la vida se mezclan para que descirnamos un poco más este oficio de letras, y para que entendamos la realidad tan compleja en la que estamos inmersos. Que sigamos disfrutando de tu literatura por muchos años más. Pasen y lean; no saldrán defraudados.


PREGUNTA. Muchas felicidades, Héctor, por tu segundo puesto en esta segunda edición del certamen que ha tenido una alta participación: 1820 obras recibidas desde 30 países diferentes. Eres un autor con mucha experiencia en concursos literarios, con una larga lista de primeros puestos (en microrrelato: el I ELACT de Cartagena, El III Fco. Gijón de Historia, el XI Saigón, el Parada de Sil y el III de relato hiperbreve de Rivas. Y en relato corto tienes también otros once primeros premios). Pero, a pesar de tus numerosos éxitos anteriores, ¿se siente la misma alegría y la misma satisfacción al saberse reconocido en un nuevo concurso como este?

RESPUESTA. Siempre es una alegría ser distinguido con un premio y no solo por aquello de que a nadie le amarga un dulce, sino porque es un acicate formidable para perseverar en la tarea literaria. El acto de escribir es un ejercicio solitario, no exento de dudas, y el recibir un reconocimiento de un jurado supone un espaldarazo que anima a insistir. El saber que lo que uno, en soledad, ha imaginado y redactado conecta con el espíritu de los lectores es la mayor de las satisfacciones que obtiene un escritor.

PREGUNTA. Botellón es el título del microrrelato premiado. Habla de jóvenes, de sueños, de ilusiones. ¿Qué es lo que te hizo escribir esta obra tan breve, llena de emoción, tan sugerente?

RESPUESTA. Hay textos que surgen de una actividad más reflexiva y otros son más intuitivos; los microrrelatos suelen pertenecer más a la segunda categoría. Muchas veces ni yo mismo sé de dónde viene una idea o porque se me ocurre un argumento en concreto. En Botellón no sé de dónde me llegó la inspiración, simplemente la tuve. Supongo que los que solemos entretenernos en pensar en las musarañas somos más propensos a que nos visiten las musas.

Es evidente que en Botellón aludo al tema del edadismo, un tipo de discriminación hoy en día muy en boga, como, por ejemplo, discriminar a los trabajadores senior o en arrinconar a los ancianos como si fueran trastos viejos. No obstante, también las personas en edad madura podemos caer en el edadismo dirigido hacia la juventud, y pensar que los jóvenes, por el hecho de serlo, no tienen razón. Lo cierto es que lo que uno gana con los años en experiencia vital lo pierde en ilusiones; a la edad provecta se llega con artritis onírica y no hay hospital en el que nos reparen los sueños que se han ido desgastando con las sucesivas decepciones. Por el contrario, los jóvenes mantienen sus sueños entrañablemente intactos.

PREGUNTA. ¿Por qué te presentaste, Héctor, a este certamen literario, y por qué lo hiciste con esta obra?

RESPUESTA. Suelo presentarme regularmente a concursos porque es una de las maneras que tenemos los escritores independientes de darnos a conocer. En el certamen presente, el hecho de ser avalado por Jorge Alonso Curiel, un escritor con una trayectoria tan solvente, constituyó para mí un aliciente para participar. Elegí el texto de Botellón porque, por tratarse de un nanorrelato, es algo siempre llamativo el conseguir con tan pocas palabras el efecto deseado.

Vocación tardía 

PREGUNTA. Empezaste a escribir hace poco más de una década, con poco más de 40 años. Parece una vocación tardía. ¿Por qué empezó tu carrera literaria a esos años y no antes? ¿Qué fue lo que te hizo tomar esta decisión?

RESPUESTA. Siempre me ha gustado escribir y de joven colaboraba en publicaciones, pero no con textos literarios o no del todo, casi siempre eran artículos de opinión sobre temas sociales y políticos; yo, por entonces, no me veía hecho un literato. Hace una década, tras la muerte de mi padre, y al suceder otros cambios en mi vida, experimenté un periodo de introspección en el que descubrí mi vocación literaria y comencé a escribir narrativa con regularidad.



El microrrelato es, pues, uno de mis géneros preferidos, pero yo me siento más a gusto con el relato; digamos que soy un cuentista que aspira a vivir del cuento


PREGUNTA. Dominas el género del microrrelato, pero también has publicado relato corto y novela. El microrrelato, quizá, ¿es tu género preferido, en el que más cómodo te sientes? ¿Qué hay en este género que no se puede encontrar en los otros citados?

RESPUESTA. Un escritor, al menos en mi caso, no elige el formato, son las ideas o los argumentos quienes lo eligen por ti. Muchas veces me ocurre que al pensar en la idea sobre la que quiero escribir, uno ve que no dará para más allá de un micro, y otras en que para desarrollarla exige una cantidad de texto no menor a un relato medio. También puede pasar que de una idea pequeña surja un texto mayor, porque una vez que te pones a escribir la historia va exigiendo su propio desarrollo o se abren posibilidades narrativas en las que no habías reparado. Respecto al microrrelato, confieso que lo cultivo en abundancia, sobre todo porque no hay otro género que exprima el sentido connotativo de las palabras como este.

Alguien ha definido al microrrelato como el arte de la elipsis, con lo que estoy de acuerdo. Creo que el microrrelato, aparte de ser el género que mejor se acomoda con el espíritu de nuestro tiempo (brevedad, atención cambiante, predominio de internet como canal de lectura, etc), posee el efecto de la concisión, que si se sabe sacarle la chispa se acerca a un toque de magia, semejante al encanto que nos produce ver cómo alguien metió un barco en una botella.

El microrrelato es, pues, uno de mis géneros preferidos, pero yo me siento más a gusto con el relato; digamos que soy un cuentista que aspira a vivir del cuento. La brevedad, que define al microrrelato, es también la que me impide desarrollar plenamente mis recursos como escritor, algo que sí me permite el relato y, no digamos ya, la novela.


Héctor Daniel Olivera Campos 



HISTORIA Y LITERATURA 

PREGUNTA. Aseguras que tus dos grandes pasiones son la literatura y la historia. ¿Qué ofrece la historia a un escritor de ficción como tú?

RESPUESTA. La historia es una fuente de inspiración inagotable y un escenario muy propicio para novelar. En la literatura llamada realista siempre dará más juego una historia ambientada en la segunda guerra mundial, que proporciona un contexto histórico en el que el drama viene implícito, que lo que pueda pasar en la actualidad en mi barrio un domingo por la tarde. El único requisito al que te obliga la fabulación histórica es que has de realizar un pormenorizado trabajo de documentación para evitar anacronismos; por citar un ejemplo que todos conocemos: en las películas de romanos los jinetes siempre aparecen cabalgando en monturas con estribos, pese a que el estribo es un invento asiático que no llegó a Europa hasta el siglo VI. Claro, que luego están los guionistas de Netflix que hacen lo que les da la gana.

PREGUNTA. ¿Es más importante para ti la historia que la literatura?

RESPUESTA. Yo tengo vocación frustrada de historiador, carrera que no he estudiado. Mi fascinación por la historia me viene desde niño, en gran medida, como herencia paterna, pero actualmente ha pasado a un segundo plano en favor de mi pasión literaria. No obstante, suelo combinar en mis escritos ambas pasiones con frecuencia. 

Mi blog Objetos Perdidos me sirve como respuesta a la pregunta de qué clase de escritor soy o qué cosas escribo, basta cotillear entre mis objetos perdidos para hacerse una idea

PREGUNTA. También has publicado relatos en diversas antologías y en revistas literarias de España, Latinoamérica, Eslovenia, Israel y Estados Unidos. Pero quisiera detenerme en un asunto que me parece también importante, y no es otro que el de tu blog llamado Objetos Perdidos (hectoroliveracampos.blogspot.com). ¿Crees que un escritor actual debe tener su propio blog; verdaderamente se logra una comunicación con los lectores? ¿Qué podemos encontrar en Objetos Perdidos?

RESPUESTA. Supongo que para un escritor no es imprescindible tener un blog, yo lo tengo porque me es útil. En mi blog solo cuelgo posts relacionados con mi carrera literaria o textos de mi autoría, mientras que, en mis redes sociales, sobre todo en mi perfil de Facebook, las noticias literarias se mezclan con opiniones, material compartido de otros autores y hasta memes que me han hecho gracia. Mi blog me sirve como respuesta a la pregunta de qué clase de escritor soy o qué cosas escribo, basta cotillear entre mis objetos perdidos para hacerse una idea. Reconozco, eso sí, que la relación con mis lectores la tengo, casi en su totalidad, a través de las redes sociales.


Libros publicados

PREGUNTA. Has publicado dos libros hasta ahora. Uno de ellos es La última sonrisa del dinosaurio. 101 relatos de humor (IngramSpark). El humor es una virtud no solo literaria, también vital. Decía Jardiel Poncela que toda gran obra literaria no se olvida del humor. ¿Qué nos ofreces en este libro?

RESPUESTA. Creo que también dijo el maestro Jardiel Poncela que “el humor es una cosa muy seria”, algo con lo que estoy de acuerdo. Desgraciadamente, la literatura humorística se ha considerado perteneciente a un rango menor, cuando no, un subgénero. Sin embargo, una sátira inteligente siempre nos revelará más cosas de cómo es el ser humano que un melodrama empantanado en tópicos.

En La última sonrisa del dinosaurio el lector encontrará, tal y como reza en la portada, 101 relatos de humor en distinto formato:  nanorrelatos, microrrelatos y relatos breves. Textos que pretenden ser un divertimento al servicio del humor, un humor que va desde el absurdo al surrealismo y del humor blanco a la parodia, con una gran presencia de la sátira y del humor negro.


Héctor Daniel Olivera Campos 



PREGUNTA. El equívoco: El evangelio según Judas de Nazaret (IngramSpark) es tu siguiente libro, una novela corta que tiene un título que llama mucho la atención. En ella rescatas al personaje de Judas, hermano gemelo de Jesús, dato documentado en textos apócrifos, quien narra a los lectores la historia de su familia y las circunstancias que rodearon la muerte del Mesías. Curiosa trama para una novela atrayente. ¿Qué interés tiene para ti el personaje de Judas? ¿Judas es el gran desconocido de la historia sagrada?

RESPUESTA. La novela está narrada en primera persona por su protagonista, Judas de Nazaret, hermano gemelo de Jesús, por lo que la importancia de este personaje es fundamental en la obra. Judas es un personaje que se ha alejado de su hermano y que no aspira a la perfección como sí lo hace Jesús, por lo que la mirada que ejerce en esta versión alternativa de los Evangelios es ferozmente humana.

En efecto, Judas es el gran desconocido de la historia sagrada. Los Evangelios canónicos -aquellos reconocidos por la Iglesia- citan a los hermanos de Jesús por su nombre: Santiago, José, Simón y Judas. Por otra parte, en estos mismos evangelios, aparece un tal Tomás como apóstol, que no es un nombre propio, sino un apodo; Tomás significa gemelo en arameo. Bien, hay un consenso entre los que se dedican a la historia neotestamentaria en identificar a Judas, hermano de Jesús, con Tomás. Lo que ocurrió es que tras la muerte de Jesús se desató una lucha entre sus seguidores por hacerse con el liderazgo del grupo en la que triunfaron Pedro y Pablo, en detrimento de Santiago, también hermano del Mesías y María Magdalena. Los Evangelios se ponen por escrito bastantes años después de la crucifixión y sus autores se dedican a ensalzar el historial de los ganadores en la disputa mientras se opaca a otros personajes como se hizo en el caso de Judas, el gemelo, de ahí que lo que sabemos del personaje es escaso y confuso. El desconocimiento de la figura de Judas, lejos de suponer para mí un problema, ha sido una gran oportunidad. Gracias a que no sabemos casi nada de él, yo he podido levantar sobre el papel toda una vida con la que vestirlo.

Me interesé por Judas cuando tuve noticia de que existía un Evangelio apócrifo -no reconocido por la Iglesia- en el que un tal Judas se identifica como hermano gemelo de Jesús y autor del texto.  Enseguida me di cuenta de que las posibilidades narrativas eran brutales.

Próximos proyectos

PREGUNTA. Vamos a mirar al futuro, Héctor. ¿Cuáles son tus planes literarios a corto y largo plazo?

RESPUESTA. A corto plazo pretendo publicar el año que viene la segunda parte, y última, de mi novela El equívoco. La primera parte abarca desde el nacimiento de los gemelos hasta la crucifixión de Jesús, y la segunda narra toda la vida que tendrá Judas desde la muerte de su hermano hasta la suya propia. Mientras que en la primera parte el relato está muy centrado en la vida de Jesús, en la segunda entrega se narra, junto con la biografía del protagonista, la aparición del cristianismo en la historia.

A largo plazo me gustaría poder consolidar mi carrera literaria de manera que fuera posible llegar a mi público objetivo.

PREGUNTA. Por último, Héctor, y como siempre hago a todos los invitados que pasan por este espacio de entrevistas llamado TRAMO SEÑALIZADO. CONVERSACIONES CON PERSONAS APASIONADAS CON SU OFICIO, te pregunto: ¿vale la pena apostar por la vocación, por ser quien se es, aunque el camino esté lleno de dificultades?

RESPUESTA. En mi caso, perseguir mi vocación literaria es algo ineludible, para mí no es optativo, ser escritor es mi forma de estar en el mundo. Creo que hay dos tipos de escritores, aquellos para los que la escritura es un bello hobby y otros para los que es una experiencia constitutiva, una necesidad; yo me cuento entre los del segundo grupo.

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