miércoles, 19 de octubre de 2016

TOURIST TOUR




Era el plato fuerte del paquete vacacional: la visita al parque de las secuoyas gigantes en California. Mientras los turistas proferían exclamaciones de admiración ante la grandiosidad y belleza de los árboles; el turista escandinavo, directivo de una conocida multinacional, sólo veía miles de muebles con nombres suecos.



"Tourist tour" ha quedado finalista en el III concurso de Microrrelatos Guerreros Solidarios y aparecerá, juntamente a los tres ganadores y a los catorce finalistas restantes, en un libro editado por Mundopalabras cuyos beneficios se dedicarán a la investigación de una de las llamadas enfermedades raras, la Tay-Sachs.

SALVAVIDAS DE PAPEL: BOOKTRAILER

Contundente y emotivo

https://youtu.be/UxgDuvfEPbo

sábado, 1 de octubre de 2016

Somos un grupo de once escritores (gente sencilla con blogs y libros auto publicados) que intentamos ayudar a la increíble tarea de la ONG Proactiva Open Arms.
Hemos publicado una recopilación de relatos y poemas de temática variada en Amazon.
https://www.amazon.es/Salvavidas-Pa…/…/ref=tmm_kin_swatch_0…

El diseño de portada fue un regalo de Eduardo Velasco .
Cuyos beneficios van íntegramente a esta ONG.
Acompáñanos en esta aventura adquiriendo el e-book o el libro en papel. Gracias por poner tu hombro ante esta desgracia.

viernes, 1 de abril de 2016

PODEMOS Y OTROS RELATOS INDIGNADOS

http://www.amazon.es/Podemos-y-otros-relatos-indignados/dp/1505677890/ este es el enlace para comprarlo en ambas versiones

Aquí os dejo la reseña que he escrito para la portadilla del libro que se puede adquiri en Amazon en su doble versión digital y en papel:

"El autor de este libro siempre ha estado preocupado por los problemas sociales y políticos que aquejan a nuestro mundo; fruto de esta inquietud nace el presente libro, una recopilación de textos escritos a lo largo de los últimos años y que, sólo ahora, salen a la luz como una modesta reflexión y respuesta a la situación económica y social por la que atraviesa la España actual. En el cuento que da título a la obra y en los quince relatos que le siguen, el lector encontrará diversos textos sobre temática variada: solidaridad entendida como solución y no como caridad, la utilización del miedo por parte del poder, el racismo, la violencia empresarial estructural, la poder político al servicio del poder económico, la lucha de clases, la globalización, la ciencia al servicio del mercado o la naturaleza de las guerras imperialistas. Textos de denuncia que conviven en el libro con sátiras más ligeras que, aunque sin olvidar el acento social, priman en ella el sentido del humor a modo de contrapunto. Así, desde el humor, se tienen que entender –creo- relatos como “En compañía de la pantera rosa”, “Él”, “¡Qué bello es viajar en autocar!”, “Responsabilidad social corporativa”, “Una de piratas” y “Limpiando con F.A.Y.R.I.”. Por último señalar que el relato “Instituto Casandra” resultó ganador en el V cibercertamen de literatura breve Hipatia de Alejandria".

miércoles, 9 de marzo de 2016

¡AY, TU MADRE!




¡AY, TU MADRE!

-¡O el porno o yo! –profirió la esposa la amenaza en un tono de voz terrible,  acompañando el anuncio con sus manos crispadas como garras de gárgola.
-Pero… mujer.
-Ni peros ni leches –el marido pensó que su mujer estaba realmente decidida a dejarle, jamás pronunciaba tacos.
-Sí, reconozco que es una debilidad que tengo. Pero yo te soy fiel y te quiero. ¿Qué te molestará a ti que tenga unos cuantos vídeos?
-¿Sabes lo humillada que me siento? Pienso que me comparas con esas guarras en tus fantasías libidinosas. Me he entregado a ti como mujer y como esposa, ¿es que no tienes bastante? ¿Qué más necesitas? ¿Quieres que me convierta en una prostituta para saciar tu morbo malsano? Eso te gustaría, ¿verdad? ver como otros hombres me fornican, ¿verme chapoteando en fluidos orgánicos?
-No digas tonterías. Sacas las cosas de sitio. No tiene tanta importancia.
-Me iré de casa, te lo juro; el porno o yo. He hablado con mamá y ella me apoya en mi decisión.
-¿Por qué tienes siempre que involucrar a tu madre en nuestras cosas? –le replicó el marido molesto.
-Tú sabes que he recibido una estricta educación protestante –“el que tendría que protestar soy yo por lo estrecha que eres”, pensó el hombre-, no soy una mujerzuela, no puedo soportar la sola idea de que mi casa albergue esa basura. Esas putas, esas bestias, esas mujeres demoníacas realizando esas porquerías; sólo de pensar que te puedes excitar viéndolas, me repugna hasta lo más profundo de mi alma. Tendrías que santificar nuestro hogar y lo ensucias y embruteces con pornografía.
-Vale, vale, hoy mismo me deshago de mi colección de vídeos.

Dos horas después de la discusión, el hombre –que siempre cedía a las pretensiones de su esposa- llenaba una caja con su extensa colección de vídeos pornográficos. Con nostalgia, con genuino apego de coleccionista, iba repasando los títulos, rememorando las buenas sesiones de onanismo que le habían proporcionado, incluso, y especialmente, durante su frustrante matrimonio. Violeta, su mujer, consideraba que el sexo era algo sucio, repulsivo y pecaminoso. Ella le racaneaba el momento de hacer el amor –sus jaquecas eran proverbiales- y cuando accedía, lo realizaban siempre con la luz apagada. En cinco años de matrimonio no había conseguido verla desnuda, y, por supuesto, ni hablar de relaciones prematrimoniales. El marido encontraba una relación directa entre sus aficiones masturbatorias y su pornofilia con la mojigatería y frialdad de sus coitos maritales, copular con una momia recién desenterrada de una catacumba seguro que era más excitante que hacerlo con su mujer.

Claro, que una cosa era expatriar los vídeos y otra muy distinta renunciar a los placeres que proporciona al voyeur el universo digital. No había pasado ni un mes desde que Mariano –que así se llamaba el marido- se hubo deshecho de su colección de vídeos, que ya se aprestaba a grabar, con clandestinidad y alevosía, películas equis bajadas de internet en un disco duro externo. Para evitar la fiscalización inquisitorial de Violeta, el hombre rebautizaba los títulos porno con otros de cine clásico; así, “Casting para primerizas cachondas” pasó a denominarse “¡Qué bello es vivir!”, “Felpudas y tetudas” por “¡El triángulo de las Bermudas”, “Pétame el bul” por “Ben-Hur”; “Más adentro” por “Mar adentro”, “La guarra de las galaxias” por “Star Wars”; “Taradas con vulvas extrañas” por “Taras Bulba”;  etc. Además, en el disco duro externo alojó la joya de la corona de su colección: un vídeo casero grabado con un minicámara camuflada en el armario, en el que aparecían él y su mujer en la cama, rodados con lente de visión nocturna; grabación a la que inscribió como “Casablanca”.

Al mes de haber llenado el disco duro de películas sicalípticas y cuando se proponía a rellenar un segundo dispositivo, Violeta le telefoneó al trabajo:

-Cariño, ¿sabías que mamá lleva tres días sin salir de casa?

¿Para eso le llamaba al trabajo, para explicarle tonterías acerca de suegra insoportable?:

-¿Y eso, cari?
-Se hizo un esguince y se lo han enyesado.
-Pobre. Dale recuerdos.
-No me ha llamado antes porque no me quería preocupar, pero hoy no ha podido evitarlo, dice que se aburre. He ido a verla.
-Bien hecho, reina.
-Para que se entretenga, me he llevado el disco duro ese donde guardas películas clásicas. Mamá me ha dicho que está loca por volver a ver Casablanca.

(Cuento publicado en la antología "Natalie y otros relatos eróticos", editado por Donbuk)



miércoles, 3 de febrero de 2016

OLVIDOS



OLVIDOS

Amor:

Solemos olvidar el carácter insustituible de la vida, de cada instante de vida. Soslayamos la expresión  cotidiana de los sentimientos más necesarios, dándolos por implícitos; esos que son el yodo amable que cauteriza las heridas más íntimas. Y es en estos momentos aciagos en que me arrepiento de mi parquedad, de mi racanería y de mi desidia sentimental. Me olvidé que tu aparición me sacó del marasmo de aflicción y soledad al que me abocó un desamor antiguo.  No te conté como tu cariño me enorgullecía y me volvía a la vez humilde con el asombro del que no está acostumbrado a recibir las bendiciones de la vida y, menos aún, de una persona tan excepcional como tú. No te confesé como deseaba pasar contigo todas las horas del día y todos los minutos de la noche. Tampoco te mencioné la perplejidad de reconocerme tanto en ti, en tu espíritu, tan bellamente insólito, hasta hacer de nosotros trasuntos de cielo y mar de querencias, ebrios de añil, confundidos en un horizonte de abrazos, en una marejada de besos. Y, aún más imperdonable por mi parte, no detenerme a reseñar tu bondad,  tu comprensión y empatía, ni tu luz perpetua; así como tampoco calibré tu inagotable cariño, manantial que me refresca. Han sido tantos los olvidos como hojas arrancadas de un calendario.

Ahora yaces en una cama de hospital, duermes. Cuando despiertes te contaré todas estas cosas. Perdóname amor, me olvidé decir cuánto te quiero.

(Carta seleccionada en el I Concurso "Cartas que nunca escribiste").