La revista argentina "Galáctica" ha publicado en su número 3 mi microrrelato "Planeta A".
PLANETA
A
Cuando
la Tierra colapsó por culpa de la contaminación, el cambio climático y la
pandemia, había bofetadas -y navajazos y tiros- por hacerse con una de las
escasas plazas en las naves aeroespaciales que deberían llevar a un puñado de
humanos a colonizar el planeta B.
La
única que no se alteró fue Casandra, una científica que llevaba años trabajando
en secreto en su propio plan de fuga. ¿Para que marcharse a un planeta B, si te
puedes quedar en el planeta A? Casandra construyó una máquina del tiempo que la
teletransportó a la Grecia Clásica. Se
encontró tan feliz en su nueva patria, que quiso agradecerles a los griegos la
hospitalidad recibida revelándoles el futuro.
Cada
día Casandra, la agorera, vocea en el ágora de Atenas su conocimiento del
porvenir. Los griegos la escuchan y esbozan una sonrisa condescendiente, la
toman por una loca.
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