UNA OREJA, DIEZ TEORÍAS Y ANUNCIO
FORMACIÓN
PROFESIONAL
Vincent
salió con una oreja menos de la barbería. “El chaval está aprendiendo”,
justificó el dueño del establecimiento al imberbe que le había rebanado.
Enfadado, Van Gogh no dejó propina.
¡Cómo
se reirían del pintor cuando explicase la causa de su mutilación! Para
evitarlo, se hizo pasar por loco y contó que él mismo se había desorejado.
Harto y cansado de simular ser un demente –él, el pintor más lúcido de su
tiempo- se suicidó a los treinta y siete años.
El
aprendiz de barbero emigró a España en dónde hizo carrera como rejoneador.
SUSTRACCIÓN EN LA GRANJA
-Paul,
yo no soy ningún ladrón.
-¿Y
te crees que yo sí?
-Volvamos
a la pensión.
-¿Y
mañana qué comemos? Yo no vendo mis cuadros y tú menos aún.
-Pero
robar está mal.
-Te recuerdo Vincent que no tenemos un
céntimo y que debemos a la patrona el alquiler de la habitación, el pan al
panadero, los víveres al tendero y el vino, la absenta y el tabaco al
tabernero. ¡Hasta en la casa de putas tenemos cuentas por pagar!
-Pero
lo matas tú, Paul, yo no puedo matar a ese lechoncito después de cómo me ha
mirado.
Paul
Gauguin salta a la pocilga y agarra el cerdito para entregárselo a Vincent Van
Gogh que espera al otro lado de la cerca.
-¡Aghhhh!
-¿Vincent
que pasa? ¡Dios! Ese cerdo hijo de puta te ha comido la oreja.
LA MIES ES MUCHA
-¿Ustedes
son los nuevos braceros?
-Sí.
-¿Y
se llaman?
-Paul
y Vincent.
-¿Han
hecho esto antes?
-No,
somos pintores en apuros económicos.
-Miren,
cojan estas hoces. Las espigas se agarran así, se siegan así y se hace un haz
con cada manojo. ¿Lo han entendido?
-Ni
que fuéramos gilipollas.
-¡Aghhhh!
-¡Vincent,
lo siento! Se me ha ido la mano. Putas hoces, las carga el diablo.
BESTIA
Paul no es un hombre, es una bestia en
celo cuando fornica; lame, muerde, palmotea las nalgas, estira los cabellos y
asfixia, con sus manos de marinero, el cuello de su amante. Paul es un ser
animal, cegado y convulso, sin otro objetivo que culminar su penetración en una
petite mort salvaje; su fornicación es un rosario de brusquedad y dolor.
Aquella noche Paul Gauguin alcanzó el sumun del paroxismo al arrancar de un
bocado la oreja de su amado Vincent Van Gogh.
EL BOLERO DE RACHEL
-Si
me amaras, te preocuparías por mí.
-Sí,
ya lo hago, Rachel, sólo pienso en ti.
-¡Mentiroso! No me traes ni un regalo, ni una propina,
¡nada! Tú eres tan sólo un tacaño que pretendes follarme gratis. Eres igual que
todos.
-No
digas eso, yo te amo.
-¡Demuéstramelo!
-¿Cómo?
-Tráeme
dinero.
-Sabes
que no tengo, mis cuadros no se venden.
-Pídeselo
a tu hermano Theo, él está forrado.
-No
es rico y ya vivo a costa de él, no puedo sangrarlo más.
-Pues
luego no pongas mala cara cuando me voy con los clientes, ellos, al menos, me
pagan.
Vincent regresa de la oficina de
correos, de cobrar el giro monetario que le ha remitido su hermano y, a pocos
metros del café, contempla el nuevo comercio que ha abierto sus puertas en la
villa: una correduría de seguros. El hombre se acerca y observa con diligencia
un cartel que se exhibe a la entrada del establecimiento. En el afiche aparecen
dibujados, con tétrica ingenuidad, diversos apéndices humanos y el importe que
se concede por la pérdida de cada uno de ellos; se trata de publicidad de un
seguro de accidentes. Piernas y brazos se indemnizan con miles de francos;
dedos, narices, orejas y lenguas, con algunos centenares. Vincent Van Gogh
entra en el local y contrata un seguro.
Esa noche, frente a su amada, sumido en
la sordidez del cuartucho del burdel maldito, Vincent empuña la navaja y
declara triunfante: “Rachel, amor mío, esto lo hago por ti”.
UN
HERMANO EJEMPLAR
“Esto
ya es lo último”, masculló Theo con rabia. Ha hecho lo imposible por su
hermano; lo ha mantenido, ha sufragado sus distintos alojamientos y hasta se lo
llevó a vivir con su familia. También intentó vender sin resultado sus
incomprensibles pinturas. “¿Su hermano fuma opio, porque… estos trazos…, estos
colores?”, fue lo que le espetó el último cliente al que trató de vender uno de
sus lienzos. ¿Cuántos más gastos, molestias y ataques de locura de su hermano
enfermo, deberá aguantar a modo de sacrificios ofrendados en el altar del amor
fraterno? Y, por increíble que parezca, todo es susceptible de empeorar.
Theo
observa atónito la oreja cercenada sobre su mortaja de papel de estraza y, a
continuación, relee la nota que le envían unos bandoleros corsos:
“Esta es la oreja de su hermano. Si
no nos paga los diez mil francos que le exigimos por el rescate, le seguiremos
enviando apéndices. Ya ve que hablamos en serio. En su mano está, señor Theo Van Gogh, salvar
la vida de su hermano Vincent”.
¡OLEEEEÉ!
El espectáculo taurino que Vincent Van Gogh acaba de ver en el anfiteatro de Les
arènes de Arlés ha perturbado
profundamente su alma de artista. Ha asistido a una corrida de toros como las
que se hacen en España, finiquitada con la muerte del astado en el ruedo. Una
poderosa amalgama de crueldad, arrojo, plástica y truculencia; lo bello y lo
siniestro danzando en poderosa coreografía sobre la arena.
El espectáculo ha hecho mella en la
hipersensibilidad del Vincent, y el pintor se encamina rumbo a su pensión,
circunspecto, abstraído, poseído por un perverso y aterrador síndrome de
Sthendal. Frente al espejo el loco del pelo rojo empuña la navaja mientras
grita: “¡Oleeeeé!”.
APUESTA
-No me podéis echar ahora, la partida está caliente y llevo buena mano.
-Vincent, te has quedado sin dinero -le replican los habituales de la
timba del café de la estación.
-¡Cabrones, ahora no!
-Apuesta uno de tus cuadros.
-Mi obra es sagrada.
-Pues ya me dirás qué vas a apostar.
El pintor pierde la apuesta, sobre el tapete verde yace la oreja
talada.
APOCALÍPSIS ZOMBI EN LA PROVENZA
-¿Qué
buscáis zombis hijos de puta?
-A
ti, Vincent.
-¿Para
qué?
-Queremos
comerte el cerebro.
-¡Y
una polla!
-Eso
también.
-¡Atrás,
zombis, atrás!
-Danos
algo y nos vamos.
-¿Doctor, usted qué opina?
-Es el delirium
tremens más severo que he visto
en mi vida.
PRIMER DÍA DE PINCHE DE COCINA CUANDO TE
MUERES POR QUEDAR BIEN
-¡Oído, barra, cocina, una de oreja!
-¡Marchando!
-¡Por Dios, qué horror! Vincent, ¿qué
has hecho?
ANUNCIO
Pintor
fracasado busca a putón desorejado para relación simétrica.
Interesadas
contacten con Vincent Van Gogh.
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